ENTREVISTA A MELANIE GARLAND EN ANTOFAGASTA: CONECTANDO HISTORIAS CON CARTAS DE IDA Y VUELTA

La visita de la artista fue parte del programa En el marco de SACO5, contemplando la realización del proyecto Conectando Historias, la participación en la residencia Laboratorios de Primavera / Desiertos Intervenidos en Ayquina, junto a artistas del norte de Chile y una conferencia que reunió a agentes claves del proceso de integración de extranjeros colombianos en los campamentos de Antofagasta.

Melanie Garland quien reside en Berlín, Alemania, entre sus estadía en Chile y Europa lleva 7 años investigando intensamente el tema de la migración, las fronteras y los bordes territoriales e imaginarios, estuvo desarrollando su trabajo durante 3 semanas entre Antofagasta, y algunos poblados de Alto El Loa.

En primera instancia, la creadora tuvo la oportunidad de conocer al artista visual Cristian Ochoa, quien a través de ejercicio fotográfico y pedagógico, pero ante todo gracias a su perseverancia y empatía ha logrado conocer la vida que llevan las comunidades de extranjeros en los campamentos emplazados al borde de la ciudad nortina.

Con este importante vínculo establecido, las cartas recolectadas entre las comunidades de colombianos que se encuentran en Alemania, fueron entregadas a sus coterráneos en Antofagasta, instaurando un dialogo remoto, anónimo, pero también muy intimo.

Luego, el martes 25 de octubre en el Instituto Superior Latinoamericano de Arte, ISLA, se llevó a cabo el conversatorio con el objetivo de debatir acerca de la situación actual de la migración, teniendo como antecedentes principales los trabajos hechos por Garland en sus diferentes proyectos relacionados con este tópico que también contempló el acercamiento al grupo de personas provenientes de Colombia.

En el conversatorio diferentes agrupaciones aportaron con sus experiencias de trabajo al análisis expuesto frente a la intervención de las cartas, ocurrida en el campamento “Chilenos de Villa el Sol”, del sector Los Arenales.

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Experiencia y línea de trabajo

Melanie Garland, nació en Iquique, creció en Valparaíso, estudió Artes en la Universidad de Chile y luego emigró a Europa para extender su carrera artística. Con 28 años se encuentra actualmente en el proceso de postulación al Doctorado de Antropología Visual de la Migración en Freie Universität Berlin y en la Universität Basel en Suiza. Parte de esta línea de estudio, se ha desarrollado en un foco de conflicto que caracteriza la grave situación política mundial, la cual sigue lamentablemente concreta en la periferia del territorio portuario de Calais, en Francia, denominado como The Jungle, un campamento de miles de migrantes refugiados con dramáticas necesidades humanitarias que se mantienen en situación de indocumentados a la espera de poder ingresar ilegalmente a Reino Unido.

El proceso de producción artística que ha ido desarrollando desde el 2008 ha consistido en el tema de la migración, memoria, retrato personal, genealogía e historia familiar. Uno de los primeros trabajos fue la investigación del árbol genealógico de su familia Garland. En particular fue investigando de manera obsesiva la búsqueda del sentido de su biografía personal a través de la genealogía, entendida como los ires y venires que constituyen la identidad de una determinada familia: La familia Garland con ascendencia Irlandesa e Inglesa.

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Actualmente investiga el proceso de la migración forzada, específicamente refugiados en Europa. A través de diferentes workshops y acciones de artes con NomadicArt, investiga cómo el ser humano crea estrategias de adaptación y supervivencia en un territorio desconocido y a través de pequeños gestos y objetos van simbolizando la conquista del espacio, produciendo una sensación de pertenencia en el nuevo territorio y cómo los migrantes tienen la capacidad de construirse y reconstruirse en el limbo de una migración forzada.

Cabe destacar que Garland es co­fundadora de NomadicArt (Satélite proyecto del centro de investigación artística y urbanística, ZK/U Berlin­Deutschland)colectivo de arte integrado por 3 artistas que operan en diferentes campos de refugiados en Europa realizando documentales y acciones de arte con refugiados y comunidad local. http://www.zku­berlin.org/satellite/nomadic­art/.

¿Cómo fue de la residencia en Antofagasta, qué impresión nos puedes dar?

No tenía grandes expectativas, el hecho de venir a Chile era un gran paso. Llegué del vuelo y casi lo primero que hice fue viajar a Antofagasta, después de 2 años de no volver.

A nivel nacional lo que me llamó la atención es que ya la academia o el arte cerrado estaba desapareciendo, al conocer ISLA, y su residencia me di cuenta de que habían muchas iniciativas independientes, se están armando espacios con otras libertades, sin ataduras, y más en Antofagasta, puesto que era un espacio más aislado.

Es increíble lo que está pasando específicamente que es el tema de la migración.

¿Qué aspectos de la migración puedes resaltar en el trabajo de Conectando Historias? ¿Cómo construyes la visión local incorporando el nivel global?

Cuando comencé a trabajar con el proyecto Conectando Historias, en primera instancia me vinculé con las comunidades sirias e iraníes, y no podía comunicarme, al final podía establecer relaciones a través de cartas, entonces al llegar acá había un plus que era el idioma en común, y ahí ya existía una mayor conexión en menor tiempo, para llegar al punto de entender a la otra persona.

Cuando fui al campamento de los colombianos el objetivo era entregar estas cartas de sus compatriotas y luego vino otra cosa, algo mucho más intenso, la gente quiere contar su historia, quiere contar lo que está pasando, de cómo migraron, y lo que percibí aunque están en posiciones difíciles, es que se sienten felices en otro lugar, eso refleja una migración voluntaria pero lograda a la vez, hay grupos que se devuelven a sus países de origen porque se dan cuenta que el lugar donde quieren y arman sus sueños o fantasías no cumple las expectativas.

Trabajo en Berlín que no es una ciudad alemana, sino cosmopolita donde más del sesenta porciento de la población son emigrantes, entonces ya es una ciudad donde la gente está acostumbrada a ver distintos colores de piel, escuchar distintos idiomas. Es mucho más fácil, cuando llegan se asustan a toda esta migración que es masiva que ese es uno de los problemas, pero yo creo que el gobierno de allá plantea estrategias para la migración, dan dinero, hay bastantes fondos y aquí en Chile no sucede eso por que algo está sucediendo pero poco comparado con Alemania.

En Chile la integración es mucho más lenta, si es que existe, porque ahora estamos viendo la migración colombiana, pero la peruana o boliviana que son años y años…

Todavía no hay una integración, todavía en la escuela critican y está el estigma. Por ejemplo la misma educación también debería enseñar historia peruana, boliviana, y colombiana, en Europa las comunidades alemanas ya están aprendiendo árabe, de esa forma todos aprenden de varias culturas, es distinto, si no integras a una nueva comunidad se transforma en un problema social e inmediatamente no pueden encontrar trabajo, no digo que sea en todos los casos, pero pueden cometer delitos, o caer fuerte en la drogadicción o el alcoholismo porque te sientes frustrado, y todas esas son las consecuencias de no haber hecho una integración temprana.

¿Qué crees qué pasará con las comunidades de migrantes que viven en los campamentos?

La conferencia que di había mucha gente que quiere hacer cosas, pero no sabe cómo hacerlo, ellos sienten que es un problema social, que hay que integrar. Creo que este es el momento donde Antofagasta puede ser la ciudad en Chile donde puedan vivir en una buena situación e integrarse yo creo, pero eso también si la gente espera que el gobierno haga cosas no van a salir, entonces cómo la comunidad puede hacer talleres o distintas estrategias para comenzar a integrar. Se está dando, y hay momentos en los cuales hay que empujar más, porque así se da el pie.

Antofagasta es una ciudad de migraciones, hay mucha gente que viene de Santiago, Valparaíso, o del sur, si comenzamos a hablar desde las salitreras, siempre ha sido una ciudad de migración, son las condiciones demográficas que se dieron en la construcción de la ciudad.

¿Cómo abordar el tema de la migración desde plano artístico?

No es que todos los artistas tengan que trabajar con ese tema, cada uno hace lo que le nace, no se trata de que todos deben hacer lo mismo, sino sería muy aburrido, creo que para trabajar con comunidades que tienen un problema social no puedes llegar y sacar la foto y volver casi como un zoológico, como una muestra.

Hay mucha gente que también aborda este tema y se siente inquieta y dice qué puedo hacer yo para ayudar o para plasmar esta situación. Entonces cuando conocí a Cristian Ochoa tuvimos los mimos valores que ya es un arte social, porque la obra de arte o la instalación es solamente un medio para otro fin, que sería como poder ayudar a la integración.

Por ejemplo con Cristian hablábamos mucho de que su obra se muestre en los campamentos, en ese lugar, no solamente volcarlo a la parte elite de Antofagasta, es como ver el arte contemporáneo en una sociedad que no está educada.

Se puede trabajar de muchas maneras la migración, si investigas a nivel de territorio o de materialidades, o cómo va siendo el cambio de comida, también estás trabajando con la migración pero ya no tan directo, por eso lo importante es que a cada artista le llame la atención es como hacerlo lo más integro posible y no faltar el respeto o aprovecharse de las personas con las que estás trabajando, porque ahí ya se vuelve algo comercial, utilizando a esa persona o situación para mostrarla y hacerte famoso, con eso se cuestiona el rol del artista hoy en día, pero lo que he visto en Antofagasta que ya empieza, es que el artista se está cuestionando, eso da una libertad porque no hay una escuela de artes, creo que no está la academia y sientes libre de crear sin ataduras, sin importar los referentes y los materiales. En ese sentido hay un aporte de ISLA.

Me gustaría volver a trabajar con los migrantes colombianos porque sé que hay mucha gente que quiere trabajar con la comunidad aplicando distintas estrategias de la integración, pero es difícil unir eso. Con la experiencia que ya tengo de Europa me gustaría ayudar a hacer algo constante, que ya sea cotidiano, como un programa anual, así viendo que existen programas pequeños de gobierno, pero duran meses y después desaparecen, ese es el problema, si no hay confianza se pierde el vinculo.

Tus planes…

Vuelvo para año nuevo a Alemania, no me puedo ir tanto tiempo, estamos con un programa ya grande trabajando con mujeres, niños y jóvenes sirios.

Ahora mis colegas están trabajando ahí, entonces no me puedo escapar tanto, pero hay unas charlas programadas en la Universidad de Chile, otras actividades en la Universidad Austral.

Ver lo que está pasando con los artistas contemporáneos me ha sorprendido, en cuatro años ha cambiado mucho la autogestión que antes no existía tanto y los buenos espacios se habitan, el norte se ha apoderado y está bien porque Santiago no es Chile.

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(Fotos Dagmara Wyskiel y Melanie Garland).