SACO5

One Way Ticket

Agosto – Septiembre 2016 / August – September 2016
Muelle Histórico Melbourne Clark Antofagasta

En su quinta versión, la Semana de Arte Contemporáneo de Antofagasta SACO5 presentó One Way Ticket, con una propuesta de seis artistas emigrantes y tres curadores internacionales que trabajaron en producciones bajo el fenómeno de la emigración como temática central. SACO5 tuvo un alto impacto en los 20 días de apertura gratuita de la exposición de seis obras emplazadas en el Muelle Histórico de Antofagasta este 2016.

Obras

 


En marco de

 


Formación/Mediación

 


Residencia

 


El proyecto expositivo central One Way Ticket asistió a un amplio público familiar de todo rango etario. Junto a ello, fueron realizadas las visitas guiadas a alrededor de 10 recintos educativos de Antofagasta.

SACO, también intervino con los artistas invitados, diversos liceos y escuelas públicas, abarcando establecimientos de Antofagasta, Tocopilla y Mejillones. Las ideas que tienen los alumnos luego de este tipo de instancias formativas, ayudan a orientar el interés y la seriedad de quienes ad portas de ingresar a un sistema educativo superior, eligen tener una carrera a fines con el arte. Para la realidad de los estudiantes y el discurso de otros, el mundo del arte contemporáneo sigue siendo un espacio incipiente. Es entonces cuando SACO atiende en cierto punto la función de la educación artística a nivel regional, generando espacios reflexivos en torno a las artes visuales, la creatividad y sensibilización cultural.

Por su parte, la exposición internacional, reunió a seis artistas y tres curadores: Ángel Delgado quien emigró de Cuba a EE.UU, y presentó la obra Destino soñado donde intervino sábanas recolectadas en una toma en Antofagasta con conceptos extraídos del diálogo con familias emigrantes.; Bogdan Achimescu nacido en Rumania quien emigró a Polonia, y mostró 10 dibujos instalados en vidrios colindantes con el mar en el Muelle Histórico; Paula Quintela chilena quien emigró a Australia, y que expuso En tránsito una instalación de una casa rellenada con cojines que contienen impresiones de objetos domésticos; Johannes Pfeiffer de nacionalidad alemana que emigró a Italia y exhibió Barco de sólo ida, una escultura instalada en el fondo del Muelle que hace alusión a un barco con perspectiva de irse y perderse en el océano; Alicja Rogalska nacida en Polonia y quien vive actualmente en Inglaterra, instaló una acción de arte en donde contrató a una actriz emigrante en una performance que con un tótem de vidrio con forma de monumento solicitaba aportes en dinero para erigir la obra Monumentos a las víctimas del capitalismo; y Teresa Solar de familia egipcia erradicada en España, quien trabajó la obra de arte sonoro Fata Morgana, paisaje cairota, un viaje por los sonidos de la niñez de un oído multicultural. Las obras fueron presentadas, junto a la propuesta de los curadores Flavia Introzzi (Argentina/España); Krzysztof Gutfranski (Polonia); y Marisa Caichiolo (Argentina/EE.UU.).

 

 

Camino sin retorno

Emigrar es asumir una esquizofrenia de identidad para siempre. Incluso si vuelves algún día, ya nunca te sentirás totalmente de aquí. Un poco de allá se impregnó en tu piel y en tu mente. La visita al lugar de origen se convierte en un viaje al pasado, donde buscas a la misma gente y recorres los lugares de siempre, a veces inútilmente. Te cuesta entender los cambios. A pesar de esto, sientes que perteneces a esta historia y a este mundo. Las razones por irse pueden ser múltiples, dependiendo de donde te tocó nacer y crecer. Formarse en un contexto cultural y, como persona adulta, cambiarse a otro, puede detonar la necesidad de reforzar la identidad originaria (apego y resguardo), generar convicción de no pertenecer a ninguna parte (desterritorialidad), asumirse a sí mismo como ciudadano del mundo (globalización o desarraigo) o amoldarse a la realidad nueva a tal nivel, para sentirse únicamente parte de ella (elasticidad del trasplante). Cualquiera sea la forma o mezcla de las anteriores, hay que aprender todo de nuevo. Partiendo por la historia y la cultura locales. A veces el idioma o la religión. Las fiestas, los símbolos, tradiciones, orgullos y temas tabú.

Las emigraciones constituyen uno de los sellos más significativos y transversales de nuestros tiempos y arrastran a todos los sectores sociales, continentes y profesiones. Es la realidad que lentamente y con varios focos de resistencia, asumimos. El derecho de elegir, en el siglo XXI, dónde quiero vivir y trabajar, pareciera ser incuestionable. Pero no lo es, ni en éste, ni en los otros lados del Atlántico o Pacífico. Las olas de lo ajeno provocan miedo, xenofobia y nacionalismos en un segmento; empatía y solidaridad en otro. Formando nuestros juicios, no debiéramos olvidar nunca que cada decisión de esta naturaleza madura en la intimidad de una familia y conlleva un sacrificio que va mucho más allá de lo material.

Hoy, uno de cada diez habitantes del norte de Chile es extranjero. Medio millón de chilenos vive afuera. Los tiempos de éxodo económico y político quedaron atrás, y esperemos que no vuelvan nunca. Desde hace más de una década, el país es llamado por algunos la Suiza de Latinoamérica, convertido en un lugar de deseo y peregrinaje, con pasaje solamente de ida en la mano o por el camino clandestino, en el norte. Es por esto que Antofagasta, como el centro urbano y económico más grande del desierto de Atacama, surge como un lugar coherente y oportuno para hablar sobre la migración, esta vez no como un fenómeno sociopolítico, sino comprendiéndola como una experiencia transcendental humana, compartida por millones.

Si bien es cierto que para todos los que se fueron de su país de origen, la emigración se convierte en un umbral que marca un antes y un después en sus vidas, no obstante, la esencia del trabajo de un chofer o un médico no varía mucho entre un lugar y otro. Los artistas, sin embargo, enfrentan un desafío adicional. Trabajando frecuentemente sobre el tejido social, tensionan contextos políticos, re leen la historia reciente, reaccionan frente a los acontecimientos del momento. ¿Cómo, en condiciones de un analfabeto o un tuerto, construir una obra de coherencia y peso? ¿Cómo, siendo ya un artista formado, reinscribirse en una escena y no caer en el autismo del outsider? ¿Cómo comprender un mundo donde uno no ha crecido y al cual, sin embargo, se pretende pertenecer?

Seis artistas emigrantes fueron invitados a realizar obras surgidas desde su vivencia, autorreferentes y a la vez universales. Cruces en el mapamundi marcaron los trayectos entre los orígenes y los destinos. ¿quién eres para ti mismo y para tu entorno?, ¿qué significa hoy tu identidad en el mundo globalizado?, y finalmente ¿te importa que tu origen se plasme en tu producción artística? Son las preguntas que les hicimos. SACO, o un ejemplo sobre cómo alimentarse en el desierto. La quinta edición de la Semana de Arte Contemporáneo cerró sus puertas con 13 mil visitas.

Los 4 mil del año pasado ya fueron considerados un gran éxito. Cuando en 2012 nos propusimos instaurar un evento cíclico y masivo en Antofagasta, nadie estuvo dispuesto a apostar por el proyecto; nuestro elevado nivel de utopía generaba sonrisas. En el norte de Chile, privado de museos, galerías, centros de arte y documentación, carreras profesionales que desarrollasen el pensamiento crítico, no había de dónde agarrarse. Empezamos por la formación y la aglutinación de la micro escena local. Artistas autodidactas: periodistas de formación que siempre quisieron estudiar arte, ingenieros que regalaron cuatro años de su vida y un cartón a sus padres, sicólogos que comprenden el mundo a través del lente y otros, con o sin títulos de las universidades locales y de casa de estudios que son en su esencia institutos superiores al servicio de la gran minería. Había hambre de arte. Armamos entonces una “pequeña cocinería ambulante”, con invitados bien seleccionados para lo que necesitábamos, generosos, visionarios y de alto conocimiento, que dictaban talleres, exponían sus obras, realizaban residencias en El Lugar Más Seco del Mundo, Quillagua, involucrando al circuito en su proceso de producción.

Después de cuatro años, podemos hablar de una micro escena que creció en paralelo a SACO. En un terreno supuestamente infértil y sin mínimas condiciones necesarias, con pinceladas de políticas públicas, placebo de discursos y omnipresencia de la industria. Como sucede en estos casos, en el desierto, el cultivo se alimenta de lo que puede, aprovechando al máximo cada instancia que se le presente, y resulta ser de una determinación, resistencia y capacidad de absorción impresionante. Es lo que asombra a los profesores universitarios de Santiago que llegan a dictar talleres a ISLA (Instituto Superior Latinoamericano de Arte): la atención, el interés y el compromiso de los artistas y productores locales. La micro escena aprende y enseña a la vez, es un sistema de flujo multicanal, para ser alimentado y a la vez alimentar al otro. No hay tiempo que esperar hasta que se cierre un etapa y empiece la otra, todo avanza de manera simultánea. Alumnos de talleres y revisiones de portafolios son a la vez mediadores del primer contacto en SACO, guías que atienden las visitas y acercan las obras al público, fotógrafos de registro, sonidistas, periodistas, administradores web.

Las instancias formativas son gratuitas; por trabajo realizado en SACO, reciben en cambio remuneración. Este año les tocó duro: atender a 13 mil personas no es menor. Instalar SACO en el Muelle Histórico de Antofagasta fue un acierto. Independiente del intenso programa de mediación con los colegios, del bombardeo en la prensa local y las redes sociales, fue el transeúnte casual el que elevó significativamente el número de visitas. Entre el terminal pesquero, la municipalidad, el museo regional y el casco histórico, a dos pasos de la Plaza Colón, se arma un sector de circulación obligada y transversal socialmente. La familia redondita con helados, el chofer con la empanada de mariscos, la señora de sombrero con su poodle, una pareja de ciclistas siempre jóvenes, el grupito problemático en cimarra, el sindicalista desempleado que nunca fue padre y ahora aprende a ser abuelo, el reaggeatonero con su equipo y el barbón de moda con su chela. Por allí circulan. Y allí los estaban esperando los guías para acompañarlos a recorrer el muelle entre las obras de arte. Teníamos todo calculado. SACO crece, suben las expectativas y demandas, tanto internas como externas. Dentro de un escenario nacional que no ha logrado instaurar una bienal o trienal, se convierte en el único evento no comercial cíclico en artes visuales, con visibilidad y resonancia dentro y afuera. El hecho que el epicentro se corra durante un par de semanas mil 400 kilómetros al norte, le hace bien a todos, tanto a los de aquí como a los de allá. El lugar donde estás sentado influye significativamente en tu manera de ver el mundo, especialmente si estás fijo en el mismo sillón durante mucho tiempo. Es recomendable cambiar el ángulo de vez en cuando, aunque el taburete de Calama o de Temuco no es tan cómodo y se mueve.

Dagmara Wyskiel
Directora SACO

EN EL MARCO DE SACO

1 – Imagen, imágenes y diatribas / Rodolfo Andaur /  

El objetivo fue observar y debatir sobre las principales obras y acciones que han producido algunos artistas durante el siglo XIX, XX y XXI. Además se analizaron esquemas de difusión del arte que llevaron al grupo a reflexionar más allá del trabajo de los artistas.

2 – Astrolab / Angie Saiz /

Se realizaron proyecciones de video arte en el Muelle Histórico, una noche con obras de nueve artistas al aire libre + Revisión de portafolios (Angie Saiz) + Workshop de Carlos Silva.

3 – Duelo migratorio / Cristian Ochoa /

Exposición pos taller de fotografía, realizado con emigrantes, habitantes de una de las tomas de la ciudad de Antofagasta. La actividad mostró los resultados de trabajo y encuentro in situ en el campamento.

4 – Exposición de esculturas en espacios públicos / Gonzalo Contreras / 

Gonzalo Contreras, artista visual ariqueño y ganador de la edición 2015 del concurso MAVI Arte Joven, intervino 3 espacios públicos en el centro de Antofagasta con  tetrápodos. Se realizó en ISLA un conversatorio con el artista dando a conocer más sobre su técnica de trabajo, metodología de investigación e inspiraciones.

5 – Lanzamiento Concurso FAXXI-SACO 

Gracias al convenio de colaboración firmado recientemente entre la feria de arte contemporáneo FAXXI y Colectivo SE VENDE, este año inauguramos la convocatoria pensada para la difusión y circulación de artistas del norte. El ganador fue el artista de Calama, David Corvalán.

6 – Residencia en Quillagua / Teresa Solar y Bogdan Achimescu / 

Artistas SACO5: Teresa Solar, española de orígenes egipcias y Bogdan Achimescu, romano – polaco, realizaron una residencia de investigación de una semana en El Lugar Más Seco del Mundo, Quillagua y sus alrededores.

7 – Laboratorios de primavera / Desiertos intervenidos / Bogdan Achimescu, Guisela Munita y Oscar Concha / 

El proyecto Laboratorios de Primavera/ Desiertos Intervenidos, de Colectivo SE VENDE, por medio del Instituto Superior Latinoamericano de Arte, ISLA, y su Centro de Residencias, llevó a cabo este programa formativo destinado a fortalecer y generar metodologías de investigación artística alternativa e interdisciplinaria.

8 – Conectando Historia/ Melanie Garland / 

El trabajo artístico estuvo focalizado en un mapeo en terreno de las comunidades provenientes de Colombia que viven en Antofagasta.