Encuentro entre arte y arqueología: En búsqueda de una convergencia real entre el quehacer artístico y la ciencia

El Museo Transitorio Gustavo Le Paige de San Pedro de Atacama fue el epicentro de un encuentro inédito para SACO Festival de Arte Contemporáneo: especialistas del arte y  la arqueología, quienes participaron de una conversación con tintes de debate que abordó las relaciones entre la disciplina artística y la científica.

“Yo no puedo levantar mi mano y alcanzar los cerros, la luna y los luceros, pero a través de un sahumerio, con ese humo que sale, yo siento que sí lo hago”. De esta forma Jimena Cruz, administradora de la Unidad de colecciones y conservación del Instituto de Arqueología y Antropología de San Pedro de Atacama (IAA), explicaba cómo las culturas precolombinas que pensaban que el mundo se acaba detrás de la montaña usaban las pipas para llegar al más allá. En relación a esta idea se desarrolla la exposición De cómo las almas viajan a las estrellas de la artista uruguaya Jacqueline Lacasa, quien trabajó justamente con el conocimiento científico para la creación de la muestra que había sido inaugurada esa misma mañana del 21 de julio. Una experiencia que aún se respiraba en el aire y que simbolizó esta unión de dos disciplinas en el conversatorio realizado en una sala del museo.

Artistas y curadores de SACO7 entablaron una interesante y reflexiva conversación junto a representantes del IAA: Jimena, administradora de colecciones, la directora del Instituto,Valentina Figueroa, y la científica a cargo de la dirección de Qillqa Ediciones, Carolina Agüero. El diálogo abordó la relación entre el arte y la ciencia, y cómo ambas disciplinas podrían potenciarse y adquirir nuevos saberes y metodologías en conjunto.

El debate se hizo presente con la intervención del artista Rainer Krause, quien criticó el desarrollo de este tipo de intercambios -entre arte y ciencia- por su desequilibrio esencial, afirmando que muchos artistas se acercan a la ciencia para realizar su obra, como ocurre con el ejemplo de Jacqueline Lacasa o con la presencia de todos esos artistas en ese mismo momento en el museo, pero la situación no es recíproca: “Los científicos no van a las exposiciones de arte contemporáneo, ni usan la visión que puede entregar el arte para desarrollar su trabajo”. Agregó además que “creo que el encuentro arte y ciencia es un poco la moda del último año, antes era arte y política, después podría ser arte y filosofía….más interesante sería entender cómo otros campos del saber se pueden informar de lo que pasa en el arte contemporáneo… y si este tiene una influencia en su forma de ver y trabajar”.

Por su parte, Dagmara Wyskiel, directora de SACO, comentó que: “Primero tenemos que empezar a dialogar. Yo creo que eso se ha dado y estoy encantadísima, hay que pensar que desde las estructuras decimonónicas de la formación todo está absolutamente dividido entre ciencias exactas, humanidades, artes y otras áreas, entonces, el cuestionamiento que nos plantea Rainer es absolutamente válido. Sin lugar a dudas nosotros en el mundo del arte hemos explorado diferentes áreas de ciencia desde hace 3 o 4 décadas y aunque no nos competa académicamente nos interesa observar e investigar sobre otras disciplinas. Es lógico que estemos viviendo en un momento de cierto desequilibrio aún, pero ni en la vida cotidiana los diálogos son simétricos. Esperemos, para comenzar, que una interacción como la de hoy sea enriquecedora para ellos, pues puedo confirmar sí lo es para nosotros”.

Por su parte Jimena Cruz, desde la ciencia confiesa: ” Me declaro totalmente ignorante en el tema del arte, sobre todo contemporáneo. Pero también creo que hay que tener en cuenta cuánto acceso tenemos al arte en San Pedro de Atacama. Todo se hace en Santiago de Chile o en Antofagasta, entonces yo siento que muchas veces el arte no llega a todos… también creo que va más allá que de cuánto sabe uno de lo que hace el otro, porque de alguna forma, el artista se convierte en investigador, porque para hacer su arte debe introducirse entre papeles, libros, en la gente o en la fotografía, y el investigador debe ser también un artista para poder interpretar lo que investigo…  Inclusive mis abuelos decían que para ellos ya no había mundo detrás de las montañas, imagínate lo que es para ellos el arte, entonces desde ahí también está la invitación a que el arte no debe quedarse exhibido o mostrado en los típicos sectores, sino que debe salir más, creo que es la única forma de conocer cómo la ciencia y otras disciplinas tienen que dialogar” comenta la científica luego del cierre de una actividad que no solo invitó a artistas y a curadores a dialogar, sino también a recorrer el museo itinerante, lugar donde los especialistas de arte pudieron ver, entre otras cosas, ropa, utensilios, armas, y por su puesto, pipas de la etnia Licanantay.

Un interesante encuentro que dejó abierta una interrogante, efectuada por el mismo Rainer Krause, que tal vez podría responderse en una próxima edición del Festival: ¿Cómo sería si esta actividad fuera al revés, con un grupo de científicos visitando las exposiciones de SACO?