Enterrar las banderas en el mar, Miguel Braceli, Antofagasta, Chile. 2019
Enterrar las banderas en el mar, de Miguel Braceli
Con la participación de estudiantes del Complejo Educativo Juan José Latorre Benavente de Mejillones.
Los resultados de nueva acción de Braceli se exhibirán en SACO8 Destino Festival de Arte Contemporáneo y se enmarcan en su serie de intervenciones en el paisaje denominada Geopolíticas del Cuerpo.
En un país en donde los índices de inmigración y xenofobia crecen y en el cual el 68,2% de la población apoya la limitación del ingreso a migrantes, existe un lugar que se ha enfrentado históricamente al conflicto de fronteras y explotación del territorio: la comuna Mejillones, ubicada en la región de Antofagasta.
Fue precisamente ahí, en donde un grupo de estudiantes alzó sus banderas para marchar como un ¨batallón del conocimiento¨, un pequeño ejército donde lo educativo trascendía más allá de lo cívico y lo militar. El objetivo de la acción fue hundir estos estandartes a orillas del mar, un acto utópico que junto con diluir nacionalismos y estructuras hegemónicas, difumina también la concepción del aula como espacio exclusivo de conocimiento.
Consecuentemente el escenario escogido para la acción fue Punta Cuartel, playa en la comuna de Mejillones que se transforma en un testimonio de los constantes problemas limítrofes, a los que justamente se adjudica su nombre, y es que ya en 1846 Chile instaló un fortín, o cuartel, buscando consolidar su posesión de Mejillones y del Desierto de Atacama.
Así se construye desde lo colectivo Enterrar las banderas en el mar, y tal como muchas de sus obras, el artista la concibe como un proyecto formativo. Según explica el propio Braceli: “El proyecto nace de reconocer tensiones propias del lugar capaces de insertarse dentro de una crisis global. Es una obra que trabaja con una poética antinacionalista, que la construyen adolescentes, estudiantes de un liceo”.

“Enterrar una bandera en vez de izarla es una acción disruptiva, que subvierte las estructuras políticas tanto como las educativas. Desde allí el arte y la educación se encuentran para abrir reflexiones y plantear preguntas que pueden surgir desde la propia experiencia”.

“La apuesta es subvertir lo militar por lo cívico, por lo educativo, formando un ¨ejército¨ del conocimiento… Ellos cargan banderas, no para marcar la posesión de un territorio, si no para enterrar sus fronteras en el mar”.

“Son banderas blancas, más que por una simbología pacifista por la ausencia de contenido, de colores o escudos. Y que luego el mar las deslava, para terminar de disolver los límites de sus territorios como nuevas poéticas en sus propios paisajes”.

“Cuando iba con la bandera, sentía que esa era mi opinión y mi lucha, pero cuando veía a todos los demás sentía que todos luchábamos por algo que era más que nada la igualdad… cuando llegamos al final no las instalamos, no intentamos ejercer algún tipo de nación, simplemente las hicimos parte del mar” Janel Araneda, alumna de primero medio del Complejo Educativo Juan José Latorre Benavente, quién participó en esta intervención.

“Aprendí de ellos y del propio lugar. Los estudiantes fueron muy agudos con sus observaciones, descubrir eso en nuevas generaciones es sumamente esperanzador. Mejillones me enseñó cómo la vastedad del Desierto nos posiciona frente a lo inconmensurable, fue volvernos a enfrentar a las dimensiones de la naturaleza para seguir aprendiendo de ella”, concluye el artista.

Estudiantes en Acción
Baytiare Moya 1ºA
Avelin Vega 1ºC
Javiera Toro 1ºC
Camila Jara 1ºC
Renata Salazar − Roygers 1ºD
Sebastián Briceño 1ºD
Janel Araneda 1ºD
Michelle Torres 1ºE
Dusan Djurovich 1ºE
Yarela Julio 1ºE
Ana Freire 1ºE
Javiera Pérez 2ºA
Jocelin Longa 2ºA
Martina Cassi 2ºB
Johan Méndez 2ºB
Vicente Pizarro 2ºB
Cristoffer Chiappa 2ºD
Grace Vidal 3ºHC A
Paz Arriaza 4ºHC.


Una obra colectiva, que significó un intercambio de saberes entre el artista y los estudiantes, cuyo proceso de trabajo aún no termina.