El viento de la costa es coautor de las sonoridades o una especie de disc jockey natural en el dispositivo de arte sonoro de Rodrigo Toro, artista chileno que se caracteriza por sus obras que dialogan con las condiciones del ambiente. Se trata de una máquina que nos recuerda al gramófono y reproduce discos de vitrola con canciones populares de la región y relatos nortinos, que se reproducen con la acción del aire.
Así como muchas veces opera la memoria colectiva, el Hummingbird #3 al accionar según los vaivenes del viento no emite la información del disco con la fidelidad necesaria, entregando así, melodías disonantes. Entonces, esas letras que deberían ser conocidas para los oídos de los caminantes que transitan por el Melbourne Clark se difuminan para convertirse en algo que los ciudadanos no reconocen.
En exhibición hasta el 14 de septiembre.
Horarios: Lunes a sábado de 10 a 18 horas, domingos de 11 a 18.