Ana Agorio en Residencias ISLA y las grietas de la capital minera de Chile

“Veo, oigo y huelo que ciertos modelos de abuso, miedo y control permanecen vigentes”

Un billete, valor $0000, data del año 2050, en él, un trozo de mineral ocupa el lugar de ese emblemático personaje presente en toda moneda nacional impresa, espacio de figuras como Bernardo O`higgins, Arturo Prat o Gabriela Mistral en Chile. A la izquierda se puede leer la fuente de emisión: Banco Central de Antofagasta.

 

Esta sátira de papel de la artista uruguaya Ana Agorio, es una creación que nace durante su estadía en Centro de Residencias Artísticas del Colectivo SE VENDE, y que da atisbos de sus reflexiones sobre este territorio.La artista plástica y estudiante de arquitectura y diseño industrial llegó a la ciudad, desde Montevideo, como ganadora del Programa de Intercambio de Artistas en Residencia del Espacio de Arte Contemporáneo de Uruguay.

 

Antes de comenzar tu residencia en ISLA, propusiste trabajar desde el concepto de reconstrucción, apoyándote en la filosofía japonesa de Kintsugi la cual plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse, desde este planteamiento ¿Qué te ha entregado Antofagasta para el desarrollo de tu investigación?

Cuando hice el planteamiento de la residencia, era mucho más inocente y no vislumbraba lo que la ciudad me entregaría. Ahora me veo con mucha información y mucha confusión. Por una parte es un territorio muy interesante, especial -y espacial- lleno de belleza y a su vez muy problemático, anacrónico y lleno de secretos, desde mi percepción. Sin lugar a dudas es importante darle visibilidad y el valor que corresponde a toda la historia y memoria que esconde.

 

Luego de casi un mes de residencia ¿Pudiste ver las grietas de la capital minera de Chile, crees saber cómo se reconstruye la historia inmaterial de Antofagasta?

Si, muchas grietas. De las viejas y no tan viejas, sobre todo en el entorno social e industrial. Me es muy difícil pensar en reconstrucción cuando veo, oigo y huelo que ciertos modelos de abuso, miedo y control permanecen vigentes. Quizá haya que destruir algunas cosas antes de empezar a reconstruir. En ese proceso estoy.

La trizadura más grande que se percibe en este lugar en que todo está supeditado a los intereses económicos y políticos neoliberales. En este sentido, creo que nunca está demás dar opinión, promover y proponer obras, dispositivos de consciencia que fomenten el pensamiento crítico, pero la auténtica memoria inmaterial la construyen permanente quienes habitan, disfrutan y padecen la realidad de su propio territorio: su gente.

 

¿Se materializa este trabajo en Antofagasta en una obra de Ana Agorio? ¿Tienes algunas proyecciones de lo que ocurrirá pos residencia?

Si. Espero poder realizar obra idealmente antes de finalizar la residencia, en donde pueda dejar esas grietas más visibles para que las reparen acá. Como te comentaba, la idea es colaborar con el fomento de la conciencia y el pensamiento crítico. Y pos residencia, seguir trabajando en esta línea. Creo que generaré un artificio concientizador. Si bien, es muy potente lo que ocurre acá en el norte de Chile, en Uruguay también tenemos cosas que reparar.

 

Hablando de la experiencia de la residencia artística en sí y de acuerdo a lo que viviste aquí en ISLA ¿Cuán importante crees que es esta experiencia para el proceso creativo?

La experiencia de residencia es muy valiosa, porque en la escala doméstica y cotidiana se visualizan de mejor forma las realidades de un territorio, la investigación es mucho más profunda y el proceso de creación se enriquece, sobre todo el hecho de compartir el espacio de trabajo, procesos y reflexión con otros residentes. El trabajo del Colectivo en esta ciudad es importante. Son muy pocos los espacios en Antofagasta que ofrecen una oportunidad de aproximación a las artes.