Curadores Nepotistas y artistas ficticios del norte en SACO7

Entrevista a Joaquín Cociña:

Artistas ficticios: historias casi reales nacen de la familia nortina para ser parte del circuito expositivo de SACO7

Tras finalizar el taller “Curadores Nepotistas” de la dupla León & Cociña, creadores de “La Casa Lobo”, largometraje en stop-motion premiado en Berlinale – Festival Internacional de Cine de Berlín 2018, Joaquín  comparte su impresión sobre la escena antofagastina, relata el nacimiento de su idea nepótica de trabajo y adelanta lo que veremos como resultado de su investigación con los talleristas en “Interferometrías”, muestra curada por Ximena Moreno, coordinadora de Artes Visuales de Matucana 100, para SACO7 Origen y mito.

La última vez que estuviste por acá fue en el 2014 junto a Cristóbal León, realizando un taller intensivo de animación ¿Qué cambios percibiste en la escena local a tu regreso?

Me da la impresión de que Antofagasta está creciendo mucho, trabajos como los que hace SACO Festival de Arte Contemporáneo o ISLA Centro de Residencias Artísticas hacen que la ciudad cobre más vida. No lo digo porque es el lugar donde estoy, sino porque es lo que conozco más de cerca. La vez anterior, el grupo con el que trabajamos era un grupo compacto de jóvenes artistas que estaban vinculados al Colectivo SE VENDE, y en mi sensación, el punto más crítico de la ciudad fue que la escasez de infraestructura cultural era injusta con la energía que yo veía en ellos. Eran personas creativas, trabajadoras, y la cantidad de espacios donde podían explayarse eran pocos; producir así es mucho más difícil acá, donde se suma el tema del costo por el metro cuadrado; pero ahora parece que esto está cambiando. Este mismo espacio (ISLA) es un lugar de encuentro que antes no existía.

¿Cómo surge la idea de trabajar con la familia, quiero decir, con el nepotismo?

Nosotros estábamos haciendo el largometraje de animación La Casa Lobo y produjimos la mitad de la película en lugares de exhibición, es decir, nos trasladábamos a trabajar por un período a un museo, hacíamos escultura y exhibíamos los avances. Lo hicimos mucho en Santiago y fuera de Chile, tanto que empezamos a avergonzarnos de repetir la misma metodología. Esto llevó a que en una exposición en el Centro Cultural España de Santiago, hiciéramos un centro dentro del mismo, así nace el Centro Cultural Casa Lobo, completamente nepótico, en donde además de trabajar dentro y exponer la película, nosotros éramos directores del espacio y los artistas que invitábamos a exponer eran en realidad familiares nuestros. Todo como una humorada porque en aquel tiempo estaba el caso Caval, y por lo que ocurre a veces con los espacios culturales. Es así como terminamos por ejemplo, invitando a nuestros padres y hermanos hombres. Entonces, León & Cociña presentaban a otros León y Cociña.

¿Cuándo surge el Taller de Curadores Nepotistas?

Esto pasa a ser un taller por primera vez en la Galería Macchina, dirigido a alumnos de la escuela de arte de la Universidad Católica en donde los invitamos a ser curadores de sus familiares, curadores nepotistas. Ahí nos dimos cuenta que esto que tenía una capa irónica, también tiene cosas muy serias, pasó algo muy bello con cada uno de estos jóvenes artistas, porque al hablar desde la familia y trabajar con obras de familiares pasan dos cosas: primero, dejas de ser artista para ser administrador de símbolos de otra persona, lo que hace que tu trabajo se vuelva más interesante, menos vinculado al estilo y más a tus preocupaciones, y luego, comienzas a hablar en concreto. Ya no trabajas desde el olvido como idea abstracta, por ejemplo lo haces con el olvido del tío con alzheimer, algo más vinculado a tu historia. Eso nos hizo amar el taller, hemos hecho otras versiones cada vez más distintas y esta es una de ellas.

¿Qué ha pasado en particular con los Curadores Nepotistas del norte de Chile?

Acá se dio el caso de que los familiares que tienen obra o las piezas que ellos les inventaron eran muy vinculadas con el territorio. Pasó que hay una relación directa con la tierra y la geografía, las condiciones sociales. Por ejemplo, hay vinculaciones con María Elena, el trabajo y físicamente con la naturaleza del lugar, o sea, hay una aterrizada geopolítica súper fuerte. Por otra parte, existe una movilidad entre regiones que se refleja mucho más fuerte que en Santiago, hay muchos casos de personas que son originalmente de otra parte y que viven acá, o que los padres vienen de un territorio diferente. El grupo es muy diverso, algunos son artistas, otros no, las edades y procedencias son diferentes, y eso hace que tengan una aproximación muy variada.

Sabemos que el resultado de este taller formará parte de la muestra Interferometrías curada por Ximena Moreno, enmarcada dentro de SACO7 Origen y mito ¿Nos puedes dar un adelanto de lo que veremos ahí?

Con Interferometrías creo que Ximena hace una reinterpretación del origen y el mito propuesto, vinculado bastante a la familia, y creo que nuestro taller es lo más cercano del trabajo de Ximena Moreno a la columna vertebral del festival. Es como el eslabón perdido entre la curaduría de Ximena y la de SACO. Lo que va a ver es una micro-exposición dentro de la exposición colectiva en la cual habrá un montón de formatos distintos, desde video, objetos hasta arte con plastilina en los cuales se van a desplegar historias verdaderas o semi-verdaderas de distintas personas que son de la región. Por lo que he escuchado, en Antofagasta se conocen mucho todos, lo cual es muy interesante porque van a aparecer nombres que los antofagastinos van a reconocer, pero que van a tener una vida paralela ahora como artista visual. Entonces, van a acceder desde distintos dispositivos a la vía emocional de los artistas ficticios que crearon nuestros participantes, que son personajes reales de sus familias.

Fotografías: Sebastian Rojas.