La resurrección de los materiales

Con el paso del tiempo, el Bosque Escondido se ha convertido en un paradigma de la recuperación de espacios naturales en Antofagasta. Ubicado en el sector denominado Quebrada Carrizo, el sitio fue por muchos años, un vertedero ilegal a vista y paciencia de vecinos y de todo aquel que entraba o salía de la ciudad por la ruta que une la ciudad con la carretera Panamericana.

 

Fue Ramón Zavala, ambientalista y animalista, quien junto a su familia, amigos y aportes solidarios, comenzó a recuperar este espacio natural. Logró sacar varias toneladas de basura y escombros, para luego iniciar una nueva fase: darle nueva vida y utilización a la quebrada, consiguiendo por un lado el regreso de especies endémicas de flora y fauna, y por otro, reutilizar materiales para la construcción de lugares de encuentro comunitario, lectura y entretención, además de la instalación de obras que Ramón define como “arte vivo”.

 

Fue este contexto, espacio y perspectiva lo que llamó la atención de SACO hace varios meses, y la razón por la cual el 2020, la producción del Festival se contactó con el creador y cuidador de Bosque Escondido para donar tres de las obras que formaron parte de las exposiciones de la novena versión de SACO: Círculo abierto de la artista italiana Marisa Merlin, Ciudad contenedor del belga Simon Van Parys (ambas, parte de la exhibición Ahora o nunca) y la pieza construida por una serie de libros que fue parte de la muestra ¡Exijo una explicación!, del canario Acaymo S. Cuesta.

 

Sin embargo, las obras no se instalaron de la misma manera en que estaban dispuestas en sus lugares originales de exposición. El formato seminal de estas creaciones permitió a Ramón adaptarlas al lugar en una especie de curaduría intuitiva que se relaciona con el paisaje, ciertas características utilitarias y la relectura de sus significados: “Recién estamos trabajando en las obras que llegaron porque se van a convertir en otra cosa, no van a quedar instaladas en el concepto original con que se planificaron. Los contenedores de madera que hizo Simon, por ejemplo, se van a convertir en una pérgola en la que plantaremos enredaderas para formar un lugar donde la gente pueda sentarse a leer un libro, inmersa en esta obra de arte viva. Lo mismo pasa con la obra de Acaymo, donde las personas tienen la oportunidad de ver y tocar el doblez de las hojas de la enciclopedia para entender la formación de las letras en tres dimensiones. Así generamos una nueva conversación con los visitantes”.

 

De esta forma, las obras transplantadas adquieren no solo valor desde la perspectiva del goce artístico y estético, sino que además podrían convertirse en algún momento, en espacios vivos para reuniones, encuentros o descanso, dentro de su constante transformación en busca de nuevos usos e interpretaciones, donde la “resurrección” de los materiales es la guía usada para dirigir la fluidez de estos cambios constantes.

 

En ese sentido, Ramón dice que “además de los palets con los que Simon hizo sus containers, reutilizamos las sillas, que en algún momento fueron desechadas y que Marisa recuperó para hacer su trabajo. Lo mismo pasa con los libros, que con el paso del tiempo quedan obsoletos y se convierten en algo decorativo. Cuando tenemos visitas, les contamos que estas son obras hechas por artistas internacionales que tuvimos la suerte de tener en Antofagasta gracias a SACO, pero que son trabajos que después de las exposiciones tienen un espacio acá para que la gente pueda conocerlas”.

 

La adaptabilidad a las condiciones del Bosque Escondido es lo que hace que las obras se conviertan en parte orgánica del espacio, en una disposición que no resulta azarosa sino más bien museográfica, y que se complementa con el sentido natural del lugar, cuya construcción fluye entre la reforestación, espacios de encuentro y obras de arte dispuestas para la interacción directa con los visitantes, sin perder la conceptualización con que fueron creadas, y de repente dotándolas de imprevistas interpretaciones, que las proyectan en una nueva dimensión.