Más allá de tus ojos

Gabriel Navia

Fotógrafo y encargado equipo mediadores SACO8

Uno de los roles fundamentales de la cultura y las artes es generar espacios donde las comunidades puedan compartir, crear, mejorar y profundizar el conocimiento y el disfrute. Sabido es que las naciones que tienen los más altos índices de calidad de vida entre sus habitantes, son aquellas que han enlazado el crecimiento económico con políticas públicas que colocan a la cultura como un motor necesario del quehacer ciudadano.

 

En Chile, las mediciones a ese acceso y disfrute de la cultura y las artes no han sido tan alentadoras y en algunos casos, impulsan a generar acciones que permitan revertir, por ejemplo, los datos de la encuesta nacional de participación cultural del año 2017, que develaron una baja del 16% respecto a años anteriores en la asistencia a exposiciones de artes visuales. No es que este sea un ítem muy masivo, pero, al menos entre los años 2004-2005 y 2012, la asistencia se mantuvo sobre el 20%, alcanzando su punto máximo el 2012 con el 24,9%. Las variables que inciden en que más personas asistan, disfruten, problematicen y reflexionen a partir de la asistencia a un espacio de exposiciones de artes visuales, son diversas y complejas, pero no inabordables.

 

SACO Festival de Arte Contemporáneo, es una iniciativa que busca acercar al público a este espacio de goce. En las ocho versiones que lleva, ha ido instalando la figura del mediador en una escena local donde es escasa la existencia de espacios formativos, de debate y reflexión en relación a una obra. Por ello, integrando el equipo de mediación de SACO, nos hemos ido comprometiendo en facilitar esa vinculación de la obra con el público, pues se entiende que debido a la falta de formación oficial respecto al arte, en general, cuando el público se enfrenta al arte contemporáneo, existe una tendencia al autoflagelo por no entender lo que ven o mejor dicho, creer que no lo entienden. 

 

En SACO lo tomamos como un desafío permanente. Durante este año, se efectuó la capacitación en el Taller de mediación: Primeros auxilios para un mediador autodidacta en dos fases y por dos expertas, Carmen Oviedo de Pedagogías Invisibles, agrupación encargada de diseñar, gestionar e implementar programas educativos en instituciones culturales de Madrid; y Tatiana Benavides de NC-Arte, espacio cultural y educativo en Bogotá, que busca contribuir al desarrollo de las artes plásticas y visuales en Colombia.

 

El mediador debe ser por esencia curioso, investigar más allá de la información que se le entrega, buscar otros referentes con respecto a la temática mediada, pesquisar conceptos que cruzan la obra, diseñar ejercicios que estén fuera de lo clásico en el aula, y entender que la mediación nos da la oportunidad de aprender con un esquema totalmente distinto. en base a mi experiencia, les dejo una receta que les puede servir de guía:

 

Intuición: 100%. Leer el estado de ánimo del asistente.

Silencio: 100%. Respetar los silencios, ya que es en ese momento cuando el asistente está reflexionando.

Diálogo: 50%. No monopolices las conversaciones y toma el tiempo para entender. 

Empatía: 100%. La relación debe ser horizontal, nadie en esa sala tiene la verdad absoluta.

Egocentrismo: 0%. El protagonista es nuestro asistente.

Participación: 50%. Se debe entender por parte del asistente que el mediador es una aliado, por eso  la importancia de ayudarlo en su participación incorporándose a ella.

Respeto: 200%. Entender que nuestro asistente viene con una experiencia generada por su propio existir, jamás emitir juicios.

Improvisación: 20%. El mediador debe tener la capacidad de improvisar, pero cuando esto sucede se debe evaluar la situación que se vivió para determinar si se debe incorporar al diseño.

Unir: 100 %. El mediador debe estar atento a las lecturas del asistente para poder enlazarlas con la obra, durante su estadía.

Cuando el asistente vive esa experiencia transformadora se ha cumplido el objetivo del mediador: democratizar el conocimiento.