Hace cinco años en SACO, nos preguntábamos y les preguntábamos a nuestros artistas, curadores y jurado invitado, quién era Mi vecino, el otro, cuáles eran las carcaterísticas de nuestras relaciones humanas y con el territorio en ese contexto, en el marco de la temática principal que nos interesaba profundizar tanto el 2014 como actualmente.
Hoy, la contingencia provocada por los estallidos sociales en Chile y otras partes del mundo, y el temor generado por una epidemia que nos ha obligado a replantear nuestras relaciones humanas, nos llaman a revisar y reflexionar sobre aquellas visiones, instalándolas nuevamente desde el presente, aportando estas miradas críticas que vuelven adquirir valor conceptual desde la actualidad.
Damir Galaz-Mandakovic (investigador invitado, Chile)
¿Quién es el otro para ti?
En lo personal, tengo mis dudas respecto si existe un otro o no. Creo que no, porque esta construcción es dicotómica. Tiene que ver con nuestra concepción de mundo moderno que construye alteridades para poder explicarse a sí mismo. Y a ello han contribuido la escuela pública y los distintos Estados que desde sus centralidades buscan un antagonista para construir un protagonista. Esta construcción de alteridades es artificiosa y completamente dificultosa para nuestras relaciones vecinales, para nuestras cotidianidades como ciudadanos y como circulantes en esta trinacionalidad que es Chile, Perú y Bolivia. Por ello, dudo si hablar de alteridades en un contexto donde son casi similares los procesos antropológicos, históricos, materiales, y que haya disparidades en una zona que tiene miles de años de poblamiento. No por estos últimos 200 años vamos a tener una percepción distinta hacia nuestros vecinos.
¿Quién es “el otro” para nuestros compatriotas?
El chileno ha sido víctima de una formación y también de un discurso militar que ha hecho que entienda al peruano y al boliviano desde el punto de vista de la raza. Chile se ha presentado como un país blanco a contar del siglo XIX. Este mito biológico que habla de historia militar, dice que el chileno es fruto del mapuche, del español y los encomenderos. Y eso supuestamente homogeneizó su raza y permitió ganar la Guerra del Pacífico, entendiendo al peruano y al boliviano como un país heterogéneo, como un país conflictivo, porque tiene una gran diversidad de etnias. El chileno ha ido construyendo al peruano y al boliviano como un otro, como un distinto, donde el cuerpo de ellos se ha construido como un texto que habla desde una morenidad, desde un mundo andino, desde rasgos físicos que son distintos y eso no son más que las relaciones coloniales que se expresan en lo laboral, en lo educativo, en lo deportivo, en el humor, y que criminaliza e infantiliza desde un paternalismo del Estado chileno nuestras relaciones con Perú y Bolivia.
Andrés Bedoya (artista invitado, Bolivia)
¿Quién es el otro para ti?
En realidad es una pregunta que nunca me ha interesado mucho. Porque definir el otro implica algo muy concreto de la naturaleza humana o de las relaciones humanas: que hay un centro y alrededor hay otros. Y eso es una falsedad, una construcción innecesaria que se usa para definir distancias, para exotizar. Entonces no hay otro. Siendo todos otros, deja de existir el concepto. No es interesante más que para estudiar por qué se construye el concepto de otro y yo no considero ese concepto fuera de un contexto de aprender y tratar de adquirir ciertas influencias en mi obra. Pero, hablando de individuos, de gente, de pueblos, de naciones, no existe el otro en realidad. Es una pregunta filosófica muy interesante y política vigente, pero como artista no me interesa.
Catalina González (artista invitada, Chile)
¿Quién es para ti el otro?
Es el que sale de contexto en un territorio o en un espacio-tiempo y genera cierta sospecha en el lugar. Luego comienza a haber un aprovechamiento del uno y del otro, y finalmente siempre es como una relación cínica. El otro se adapta, pero el territorio o el lugar nunca reconoce eso y siempre termina siendo el otro un chivo expiatorio de todos los problemas de un territorio o de un espacio tiempo y eso es bastante terrible.
César Cornejo (artista invitado, Perú)
¿Quién es el otro para ti?
Estar aquí me ha obligado a reflexionar sobre la relación entre Bolivia, Chile y Perú, siendo una persona que se fue del Perú hace 18 años. Me fui a estudiar y viví en Japón siete años, luego en Inglaterra tres y actualmente vivo en los Estados Unidos donde trabajo. Mi idea del otro no solamente es la imagen que tenía cuando vivía en el Perú. Se ha alimentado de otras imágenes que he coleccionado a medida que he viajado y he conocido gente de otros países. Así que para mí ver ahora a una persona de Chile y de Bolivia es como ver a una persona de otro país como Pakistán o la India o Alemania. Y estoy redescubriendo aspectos que quizás había olvidado respecto a ciertos estereotipos que existen en estos países sobre el otro, que son influenciados sobre todo por la Guerra del Pacífico, que de alguna manera es para los tres países el hito aún predominante. También trato de nutrir mi trabajo con estas otras experiencias que he coleccionado en diferentes lugares o de los intercambios que estoy teniendo en este lugar, de esa imparcialidad que me ha permitido el conocer otras culturas. Entonces para mí es algo que quizás es diferente para gente que no ha viajado y no ha tenido la oportunidad de conocer gente de lugares tan diversos. Pero definitivamente es un problema real que me alegra mucho que se esté tratando en este evento, de preguntarnos sobre este tema.
Claudio Correa (artista invitado, Chile)
¿Quién es el otro para ti?
No necesariamente mi vecino. El otro incluso podría ser el que está en mi mismo espacio de cohabitación. La idea de la diferencia no necesariamente indica que el diferente tendría que ser mi vecino, lo que tendría que ser la visión más chovinista de pensar que mi vecino es el otro.
Elliot “Túpac” Urcuhuaranga (artista invitado, Perú)
¿Quién es el otro para ti?
Es siempre aquel individuo que logro ver por primera vez, aquel que tengo la necesidad de conocer un poco más. Probablemente está desde mi primer entorno, que pueden ser los vecinos nuevos que uno va teniendo. Y luego a nivel territorial y a nivel nación también. Siempre esa necesidad de entender la idiosincrasia, la forma de pensar, la forma de ver las cosas, de ver un solo objeto de distintos modos, eso creo que es una necesidad constante de ver sobre el vecino.
Gustavo Buntinx (curador invitado, Perú)
¿Quién es el otro para ti?
El otro soy yo mismo, y en un sentido que no respeta las normas de concordancia de números y de géneros, un yo plural, un yo masculino y femenino, un yo transgresor incluso de la división genética de las especies. Un subtítulo para la propuesta que el equipo peruano está formulando en Antofagasta podría ser aquel que nuestro paisano, el “Cholo” Vallejo, resumía en un verso magnífico: “Yo soy el llama”.
Harold Hernández (investigador invitado, Perú)
¿Quién es el otro para ti?
Lo que vengo a presentar a SACO3 es una investigación puntual sobre lo que algunos otros peruanos piensan que es el otro para ellos. Pero dado que la pregunta es para mí y, siendo peruano con respecto a los bolivianos y chilenos, me resulta difícil meterlos a todos dentro de un paquete. Entonces sólo a partir de una reflexión sistemática, profunda, severa, desapasionada, se puede llegar a la conclusión de que hay muchos otros, a la conclusión de que estereotipar a personas de carne y hueso a partir exclusivamente de su DNI o pasaporte es harto complicado. Y esto porque, fundamentalmente, para decirlo con una frase muy pequeña: la violencia engendra más violencia, desde el discurso hasta lo estrictamente violento. De manera que cuando pienso en chilenos y bolivianos, a pesar de que me viene a la mente un estereotipo aprendido en televisión, en la radio y en el colegio, desde la más tierna infancia, tengo que tomar distancia y decir que no puedo pensar con estereotipos, debo pensar a partir de experiencias concretas. No obstante, eso es algo muy complicado de tenerlo siempre a flor de piel.
¿Quién es el otro para tus compatriotas?
Esa pregunta también es complicada, porque si es difícil responder quién es el otro para mí, más difícil es responder quién es el otro para el resto de peruanos que son cerca de 30 millones. Yo creo que hay una amplia diversidad de sentimientos y de pensamientos sobre quién es el otro en el sentido de los bolivianos y los chilenos, y eso depende de cómo uno corte a la sociedad en términos de tratar de analizar. Imagino que los militares piensan de una manera distinta de sectores de gente de izquierda con respecto de los chilenos. Dadas las condiciones de educación o de formación, o de si uno es militar o civil, o de pensamiento de derecha o de izquierda, o de la experiencia de vida que uno tiene, por ejemplo, si está muy metido dentro de su espacio parroquial, no tendrá ningún tipo de experiencia de contacto con los otros y se hará imágenes de repente hasta monstruosas absolutamente deformadas de los otros y elaborará un discurso consecuente, pero que no tiene nada que ver en principio con la realidad. Y así como esa persona que pudiera ser un peruano tiene ese discurso estereotipado y caricaturesco, pudiera ser que un chileno tuviera el mismo discurso y un boliviano también, y se generaría un sinfín de discursos a cada cual más violento, tratando de justificar aquello que no pueda denominar una sola persona y es el discurso de la nación.
Jaime Achocalla (artista invitado, Bolivia)
¿Quién es el otro para ti?
Es mi otra parte. Es decir, yo estoy bien si el otro está bien. Eso es dentro de la cosmovisión andina, que entiende esa situación de reciprocidad y eso asumo que es así, de que soy yo mismo que está ahí. Somos la misma especie. El otro también es parte de mí, me influye. Es mi problema y también es mi posibilidad.
Lucía Querejazu (curadora invitada, Bolivia)
¿Quién es el otro para ti?
El otro es inevitablemente el que está al lado, pero que no es uno y que te contrasta, te interpela, te enseña, te enfrenta, porque como uno no tiene lo que el otro tiene y eso es lo que nos define. Puede ser una relación de alimentación mutua, de prosperidad y amistad, pero siempre en la medida de que uno tenga una actitud de tomar del otro lo que pueda servirle a uno, no por sacarle sino para compenetrarse y tratar eventualmente de borrar los límites de otredad que nos pueden perjudicar. Entonces el otro tiene tantos grados desde el otro dentro de yo mismo, el otro mi hermano, el otro mi pareja, el otro mi vecino. Entonces el otro para mí es el que te enseña, el que te lleva más adelante incluso a tropezones.
Rodolfo Andaur (curador invitado, Chile)
¿Quién es el otro para ti?
Para mí siempre ha sido un tema dentro del contexto de trabajar en artes visuales en Chile, porque uno siempre desde el trabajo mismo de la curatoría termina siendo un otro que trata de moverse en lugares bastante desconocidos. Y en ese sentido me parece súper clara la idea de ser invitado a SACO como curador, siempre siendo parte de ese otro en territorios que también siempre terminan delimitando lo otro. Trabajar en el sur de Chile y trabajar en el norte me ha involucrado más con esa experiencia de ser siempre el otro que está generando un discurso, y en el caso de hoy día, de estar en las ruinas de Huanchaca, terminar siendo ese otro que finalmente representa a muchos que somos los que participamos en esto, que terminamos reconociendo un territorio que no nos pertenece y que a lo mejor nos puede asociar una bandera, un símbolo patrio, pero terminamos siempre siendo el otro.
Juan Fabbri (investigador invitado, Bolivia)
¿Quién es el otro para ti?
Es una construcción principalmente de la modernidad, del largo siglo XVI. El otro tiene que ver con lo moderno y lo no moderno. Entonces para mí el otro termina siendo un fantasma también de cierta sociedad que lo va construyendo. El otro es una representación, no existe para mí. El otro es un imaginario que construye una sociedad y tiene que ver principalmente con lo moderno y lo no moderno; lo civilizado versus lo bárbaro, lo salvaje; ciudad y selva; Europa y el resto, sobre todo los países coloniales, América Latina, África y Asia. El otro es en sí un fantasma que se crea una sociedad para imaginar a otras personas que no son los otros. Para ellos el otro puede ser quien esté enunciando como otro. Digo, para un chileno, el otro puede ser el boliviano o el peruano, pero, para un boliviano, el otro puede ser un chileno. Es una cuestión de perspectiva. Nadie se puede identificar como otro porque es una perspectiva de lugar.
¿Quién es el otro para tus compatriotas?
Creo que uno de los puntos más interesantes y que me ha sorprendido al hacer las entrevistas, el trabajo de campo, es pensar que el otro para los bolivianos es el peruano y el chileno. Porque en todas las sociedades se construyen muchos otros. Para un grupo de personas masculinas, la mujer puede ser el otro, los niños pueden ser los otros. O sea, admitiendo y justificado que hay muchos otros y que esto es cambiable, modificable, sólo voy a concentrar esta respuesta en el otro peruano y chileno, que es lo que hemos intentado contestar los investigadores. Mi mayor sorpresa ha sido que el peruano no es visto como otro, es visto como un grupo que tiene bastante relación con Bolivia, con bastante intercambio. Incluso se hace referencia a familias comunes, a relaciones comunes, a sociedades que tienen encuentro y una dinámica común. Lo más interesante en la investigación es dar con que el peruano no es otro, es más bien un nosotros, a diferencia del chileno. El chileno en este caso es un otro, pero es otro agresivo y en esto se distancia del siglo XVI, porque si la construcción del otro tenía que ver con el otro inferior, el menor, el primitivo, el atemporal, el chileno, para el boliviano, es otro agresivo, racista, violento. Más bien el boliviano se pone en posición al revés. Habla del otro chileno con miedo, como alguien abusivo, admitiendo que el otro es un discurso, una construcción que de alguna manera busca disciplinar. Pero es complicado pensar que el disciplinamiento va al revés, va de alguien que ve al chileno como tremendamente violento, racista, capitalista y blanco. De ahí surge también la interesante conclusión de comprender al otro desde otra dinámica. Es una posición invertida en las relaciones de poder.
Fotografía: Gustavo Buntinx “Borrar el casino” (2014)